Ya es oficial. Se acabó lo que se daba. Me refiero al verano, claro. La costumbre en Talavera-sur-Mer es que sea la Feria de San Mateo, que no el devenir solar, quien marque el momento. Se acaba la fiesta, los pulpeiros recogen sus trastos de pulpear (sí, los hay por todas partes, amigos, no sólo en la húmeda Galicia) y el señor alcalde da la orden de que los operarios distribuyan hojas secas por toda la ciudad. Lo de la lluvia, el frío y los charcos ya es cosa de la Naturaleza.
En realidad, yo no soy muy de ferias. Salvo que me guste algún concierto, no suelo pasar por allí. Tengo por costumbre comprar unas almendras garrapiñadas (es algo heredado de mi padre y que he establecido como tradición o casi), pero es muy inusual que haga parada en alguna caseta. Ni cañas, ni pinchos ni nada de nada. Supongo que, como a muchos paisanos, me gusta más ir a los sitios habituales, que en estos días se encuentran más despejados. Aunque tampoco salgo mucho últimamente, para qué engañarnos.
Al grano. Llega el otoño, que personalmente me gusta mucho más que el tórrido y agobiante verano. Hace menos calor, llueve un poco, dan más ganas de cocinar (al menos a mí), hay castañas y granadas, se puede salir a la calle después de comer y no a las diez de las noche...
Para celebrar tan magno acontecimiento decidimos que lo mejor era preparar una pequeña cena en la maison Cocotte. Y toda cena organizada, por muy ligera que uno pretenda que sea, debe tener un menú. Éste, en esta ocasión:
Sí, sencillito pero resultón. Una crema de verdura (estuvo en un tris de ser un gazpacho), unos sándwiches algo más elaborados que el típico mixto y de postre, un helado cortesía de “El Polo Norte”, que – con ese nombre de tebeo de Mortadelo y Filemón, sí - es el sitio donde uno se come los helados de inicio y fin del verano desde que el mundo es mundo (para uno, claro). Un pequeño negocio familiar donde los elaboran helados desde hace unos sesenta años o así y que forma parte de la pequeña historia local.
En cuanto a lo demás, los emparedados -me encanta esa palabra, lo acabo de descubrir- sirven para que no se te suba toda la sangría de golpe. Otro día os cuento cosas sobre mi relación con ellos, con Madrid, el Rodilla de Moncloa…
Ahora las recetas, que si no esto se alarga. Un abrazo.
En realidad, yo no soy muy de ferias. Salvo que me guste algún concierto, no suelo pasar por allí. Tengo por costumbre comprar unas almendras garrapiñadas (es algo heredado de mi padre y que he establecido como tradición o casi), pero es muy inusual que haga parada en alguna caseta. Ni cañas, ni pinchos ni nada de nada. Supongo que, como a muchos paisanos, me gusta más ir a los sitios habituales, que en estos días se encuentran más despejados. Aunque tampoco salgo mucho últimamente, para qué engañarnos.
Al grano. Llega el otoño, que personalmente me gusta mucho más que el tórrido y agobiante verano. Hace menos calor, llueve un poco, dan más ganas de cocinar (al menos a mí), hay castañas y granadas, se puede salir a la calle después de comer y no a las diez de las noche...
Para celebrar tan magno acontecimiento decidimos que lo mejor era preparar una pequeña cena en la maison Cocotte. Y toda cena organizada, por muy ligera que uno pretenda que sea, debe tener un menú. Éste, en esta ocasión:
Cena "El final del verano llegó", 2010.
Menú
Crema fría de pimientos del piquillo.
Sándwiches de queso y rúcula.
Sándwiches de salmón con huevo.
Sangría de cítricos.
Helado de turrón.
Menú
Crema fría de pimientos del piquillo.
Sándwiches de queso y rúcula.
Sándwiches de salmón con huevo.
Sangría de cítricos.
Helado de turrón.
Sí, sencillito pero resultón. Una crema de verdura (estuvo en un tris de ser un gazpacho), unos sándwiches algo más elaborados que el típico mixto y de postre, un helado cortesía de “El Polo Norte”, que – con ese nombre de tebeo de Mortadelo y Filemón, sí - es el sitio donde uno se come los helados de inicio y fin del verano desde que el mundo es mundo (para uno, claro). Un pequeño negocio familiar donde los elaboran helados desde hace unos sesenta años o así y que forma parte de la pequeña historia local.
En cuanto a lo demás, los emparedados -me encanta esa palabra, lo acabo de descubrir- sirven para que no se te suba toda la sangría de golpe. Otro día os cuento cosas sobre mi relación con ellos, con Madrid, el Rodilla de Moncloa…
Ahora las recetas, que si no esto se alarga. Un abrazo.
CREMA FRÍA DE PIMIENTOS DEL PIQUILLO Dificultad:Todo el menú se hace en modo "cocinero novato"-on. Ingredientes (3 personas. Por motivos matemáticos, ya veréis).
1Derretimos la mantequilla. Añadimos la harina y la rehogamos, Incorporamos las leche lo cocemos unos minutos más. Cinco o así. 2Añadimos los pimientos escurridos a la preparación anterior. 3Lo trituramos hasta obtener una crema homogénea. Lo colamos. Ahora que ya está lista la dejamos enfriar. Se puede servir fría o también tibia. Al hacerlo, podemos espolvorear cebollino picado finamente. Truco: le podemos añadir una pizca de pimienta de cayena. Pero una pizca. Que luego os creeréis que os miran con arrobo y no es eso, es el picante. *** SÁNDWICHES DE SALMÓN CON HUEVO Ingredientes (Para 3 unidades. 6 una vez cortados al bies).
1Cocemos el huevo durante 10 minutos. Lo pelamos y lo picamos finamente. 2Lo mezclamos con el aceite, el eneldo picado, la mostaza y una pizca de sal. 3Montamos los sándwiches con la mezcla y el salmón. Los cortamos por la mitad (porque todo el mundo sabe que los sándwiches están más ricos si tienen forma triangular) y listo. *** SÁNDWICHES DE QUESO Y RÚCULA Ingredientes (Para 3 unidades, también).
1Picamos la rúcula tanto como podamos. Se la añadimos al queso fresco y lo batimos hasta que esté distribuída uniformemente. Añadimos las pasas, éstas sin picar, y lo volvemos a remover todo. Cuando consideremos que la mezcla está a nuestro gusto, la tapamos con film –por ejemplo- y la dejamos reposar en la nevera una media hora o así. El objetivo de esto es que las pasas cojan algo de humedad y resulten más blandas al hincarle el diente. O los dientes, si tenéis más de uno. 2Pasado ese tiempo, untamos la mezcla en el pan y cortamos en diagonal, obteniendo unos triángulos rectángulos en los que a^2 = b^2 + c^2 XD *** SANGRÍA DE CÍTRICOS (DE MARTÍN BERASATEGUI) Ingredientes:
"En una jarra hermosa, vaciamos la botella de vino. Añadimos los trozos de naranja y limón y muchos hielos, machacando el conjunto con una cuchara de madera. A continuación, añadimos el azúcar y los zumos de naranja y limón y dejamos que la mezcla macere unos minutos. Pasado este tiempo, añadimos el moscatel, damos unas vueltas enérgicas y listo”. Cocina en casa con Martín Berasategui. Ed. El País Aguilar, 2009. |
ves como algo de gallego había por ahí?? Si algo tenía que haber cuando te lo dije jejejje
ResponderEliminarA mi tambien me gusta el Otoño mucho mas que los calores que hemos pasado, y aunque ya tengo ganas de poder ponerme una chaqueta, no me quejo de la temperatura que tenemos ahora, que aun se puede salir a la terraza y disfrutar de este menú que nos has puesto.
Y yo, que soy una viciosa de sandwichs o bocatas, me apunto con esa jarrita al lado
Un besote
Madre mia, que menú! que rico! no se que sandwich me gusta más, ahora, de la sangria quiero una gran copa!.
ResponderEliminarYo hace años q tampoco salgo por la feria, pero unas cañitas para ver el ambienten si caen, este año ninguna de las dos cosas ni x de copas ni de cañas.
(Saludos de una Talaverana viviendo en Toledo)
Después de las sandwiches y de la sangria bonissima y sencilla como a mi me gusta, que vengán las castañas y las calabazas y las comiditas calientes :)
ResponderEliminarBesotes
Moira
Hoy nos recomendaron tu blog en clase de cocina, aunque tenga bastante tiempo la verdad se ve delicioso todo gracias.
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