viernes, 7 de mayo de 2010

PANNA COTTA

Lo prometido es deuda, así que hoy toca responder a las peticiones del lector. Vamos, que el otro día “alguien” (sí, tú) me pidió una receta de panna cotta y claro, ¿cómo me iba a negar? Ahora, lo que espero -cucharilla en ristre- es que ese alguien se tire el rollo y me inviten a degustar este típico postre del Piamonte. Bueno y algo más, que no sólo vamos a comer postre, ¿no? Un chuletón de buey estaría bien :D

La panacota es a los restaurantes italianos de medio pelo lo que el pollo al limón a los chinos. Está en todas las cartas. Pero como siempre, mejora una barbaridad si lo haces en casa. Como la pasta, vamos. Es un postre suave, de textura parecida a la del flan, perfecto para acabar con brillo una abundante comida (lo que decía del chuletón). Y aunque en esta receta se recomienda acompañar con fresas frescas, se puede variar. Yo usé un poco de confitura casera de fresa, por ejemplo, pero es cuestión de echarle imaginación: frutos rojos, chocolate, coulis de frambuesas,... Así que animo y al súper, ¡que hay que levantar la economía!

La receta la encontré en la web de cocina de Il Corriere della Sera y la he traducido con algo de ayuda, así que si no os parece muy bien, me lo decís y nos vemos en la calle

Espero que os guste.

PANNA COTTA

Dificultad:
Si sabes remover la olla como una bruja de Lancre, sabes hacerlo. Si no sabes hacerlo aún, lee.

Ingredientes (para 6 personas, 6):
  • 1/2 litro de nata de montar (también llamada "crema fresca" por ahí).
  • 130 g. de azúcar glas vainillado. (No lo he visto en mi vida. Yo usé el azúcar glas por un lado y la raspadura de una vaina de vainilla por otro).
  • 25 g de gelatina en hojas. (Lo que se viene llamando “cola de pescado”).
  • Fresas para decorar. De las que no quieren los suizos. Desde aquí llamamos al boicot al chocolate suizo… Quita, quita. Está demasiado bueno para esas bobadas ;-)

Preparación:

1 Poner la gelatina a ablandar en un recipiente con agua fría durante al menos un cuarto de hora.

2 Vertemos la nata en una cacerola, añadimos el azúcar glas, y la raspadura de vainilla (en nuestro caso). Llevamos la mezcla al límite de la ebullición a fuego medio, removiendo de vez en cuando con el típico batidor de varillas.

3 Apagamos el fuego y añadimos la gelatina exprimida, revolviendo para que se derrita y se mezcle completamente.

4 Repartimos la mezcla en seis moldes, los cubrimos con film (para que no cojan aroma a esa sardina asada que os sobró ayer, por ejemplo) y los metemos en la nevera durante al menos 4 horas. Que cuaje, que cuaje...

5 Justo antes de servir nuestro maravilloso postre, sumergimos los moldes en agua caliente un momento y desmoldamos la panna cotta sobre platos individuales. Decoramos a nuestro gusto con fresas frescas.

Si a alguno de los comensales no le gusta, le retiráis el postre y de paso el saludo.






4 comentarios:

  1. Que buena receta!!! Y la foto te ha quedado muy chula!

    A ver si la consigo adaptar a dos, que así lo probamos y no nos excedemos! Que entre todos os habeis propuesto boicotear mi operación bikini del 2011!
    Besote!

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  2. Pues lo único que se me ocurre es que la comas poco a poco XD

    Si esto no engorda nada, mujer... Nada que no se quite con 20 o 30 largos en la piscina!

    Un abrazo

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  3. jajajajaj lo único que no engorda es lo que queda en el plato!! Y además así tengo excusa para colgarla en mi blog! ;)

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  4. Monsieur, así hice azucar vainillado.... cuando se me acbó un frasquito de esencia de vainilla, lo metí en un bote de mermelada vacío, lo llené de azucar común y listo....el azucar adquiere un delicioso aroma a vainilla. También se puede hacer metiendo en el bote, en lugar del frasco, la chaucha de vainilla a la que ya le has sacado las pepitas para usarlas en otra cosa.

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