El viernes pasado tuve la suerte de participar en la sección local de Jaén del programa Hoy por hoy de la SER. En un programa por la que han pasado montones de blogueros cocinillas y que patrocina Iloveaceite, que se dedica a vender aceite de oliva virgen extra (DO Sierra de Cazorla) a y que es capaz de ponerte una maravilla de picual en la mesa, esté dicha mesa en Consuegra o en Postdam (tienen tienda de internet).
Nunca había hablado en la radio y la verdad es que me gustó. No fue como la tele, con su maquillaje naranja y sus nervios atenazantes. Era hablar, y eso.. Creo que se me da mejor (a pesar del millón de fallos, de que no me gusta cómo suena mi voz y esas cosas de la vida). Especialmente lo de la charla sin sentido.
El caso es que cuando Lola Romero -la jefa de todo esto- que me propuso lo del programa, tocaba buscar receta. En cuanto se lo comenté a Mme. Cocotte me dijo una palabra: hummus. Era una buena idea. Este puré de garbanzos que nos ha llegó de oriente medio (según parece la receta que doy a continuación es la libanesa) hace unos años me pareció una buena opción. Está rico y es bastante sano. Los garbanzos aportan hidratos y proteínas, el aceite va en crudo y además se puede comer con palitos de verdura, aunque yo prefiera el pan de pita. ¡Y lleva pimentón! Encima, tiene su punto divertido porque es algo que debe comerse en compañía. Compartir es vivir y eso. Por todo esto fuera poco, es capaz de provocar disputas locales. Aunque como bien mostraban en La vida de Brian, a los de Oriente Medio no hace falta picarles mucho para eso.
Nunca había hablado en la radio y la verdad es que me gustó. No fue como la tele, con su maquillaje naranja y sus nervios atenazantes. Era hablar, y eso.. Creo que se me da mejor (a pesar del millón de fallos, de que no me gusta cómo suena mi voz y esas cosas de la vida). Especialmente lo de la charla sin sentido.
El caso es que cuando Lola Romero -la jefa de todo esto- que me propuso lo del programa, tocaba buscar receta. En cuanto se lo comenté a Mme. Cocotte me dijo una palabra: hummus. Era una buena idea. Este puré de garbanzos que nos ha llegó de oriente medio (según parece la receta que doy a continuación es la libanesa) hace unos años me pareció una buena opción. Está rico y es bastante sano. Los garbanzos aportan hidratos y proteínas, el aceite va en crudo y además se puede comer con palitos de verdura, aunque yo prefiera el pan de pita. ¡Y lleva pimentón! Encima, tiene su punto divertido porque es algo que debe comerse en compañía. Compartir es vivir y eso. Por todo esto fuera poco, es capaz de provocar disputas locales. Aunque como bien mostraban en La vida de Brian, a los de Oriente Medio no hace falta picarles mucho para eso.
HUMMUS Dificultad: Para gente con carnet de batidora. Ingredientes (para 4 o más personas):
Preparación: 1 Escurrimos los garbanzos y los lavamos a conciencia. Una vez escurridos, separamo una cucharada para decorar el hummus al final. Echamos el resto al vaso de la batidora. 2 Añadimos a los garbanzos el ajo pelado y las dos cucharadas de tahina, que habremos mezclado con el zumo de medio limón para desliarla (se mezcla mucho mejor). Batimos y vamos añadiendo agua hasta que obtengamos un puré con cuerpo, con una textura parecida a la del guacamole. 3 Añadimos la sal hasta que encontremos el puré a nuestro gusto. También si queremos, podemos añadir comino molido. De hecho hay gente por ahí que dice que: “el hummus sin comino es simplemente puré de garbanzos”. 4 Pasamos el puré a un plato bonito y con una cuchara presionaos en el centro mientras hacemos círculos con ella para que quede un hueco en el centro y haga bonito. 5 Decoramos con el pimentón de la Vera, distribuimos los garbanzos que reservamos por encima y rematamos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. * Para la tahina: Tostamos dos cucharadas de semillas de sésamo en una sartén y dejamos que se enfríen. Entonces, ponemos el sésamo en una picadora y añadimos cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal. Lo picamos muy bien, hasta que tengamos una pasta fina. Sólo queda acompañarlo de pan de pita (horneado, no tostado, por favor), nachos, regañás, "crudités" o zampárselo a cucharadas. Cada uno como quiera. |