viernes, 8 de mayo de 2015

TARTA DE QUESO


Todos sabemos que la mejor comida es la que se comparte. Y si la gente con la que lo haces es especial para ti, está mucho mejor. También sabemos que si no da tiempo a hacer una foto es porque hemos estado ocupados en cosas más importantes que encuadrar para que no salga la arruga o la mancha del mantel, la auténtica señal de los grandes encuentros. Eso sí no eres un egogastroblogger obsesionado con la compra de menaje y las fotos cuquis, claro.

Pues esa es la historia de esta tarta. Hace unos días estuvimos en el Akari Fest, un pequeño pero divertido evento dedicado a la cultura manga en pleno barrio de Malasaña. Fue interesante. Con exceso de asistentes con tintes de fantasía (es a lo que te expones si vas a un sitio de estos), pero interesante. El caso es que nos quedamos en casa de una amiga y Mademoiselle LeChat preparó esta riquísima tarta de postre. Yo hice de pinche nada más, que quede claro.

"El caso es que nos quedamos en casa de una amiga". Qué soso queda eso y qué poco describe la situación. Nuestra amiga Marta tuvo el detalle de alojarnos en su morada. No sólo es una persona generosa y valiente (creo que aún no es consciente de mi grado de tiquismiquismo), si no que además es la cara humana detrás de Amor de Cthulu un webcomic que no deberíais dejar de leer. Además de todo esto, nos hizo comida hindú, sabe un montón de música y le encantan los animales.

También estuvo involucrado Nahúm Katakraos Rivas, su novio. Él también se desvivió porque estuviéramos cómodos durante nuestra aventura madrileña. Nos llevó, nos trajo, dio clases de perspectiva, tocó la guitarra (ha logrado que me haga fans de las SG y eso que yo siempre he sido más de LP)... Y contó multitud de chistes malos, quo como todo el mundo sabe, son los mejores que se pueden contar. Ah, además de todo esto, y como no fuera suficiente, también es el (irr)esponsable de que exista Historias de un friki con barbas, y ahora también Obliterast. Podéis seguirle de cerca en su patreon.

En cuanto a la tarta, que es de lo que debería ir esto, un par de cosas. Me encanta la tarta de queso –un simple me encanta se queda corto- y me parece una gran conquista de la civilización que exista una versión sin horno como ésta (se cuaja gracias al poder mágico de la gelatina). Además lleva leche condensada y galletas oreo de chocolate. Y mantequilla, que eso no puede faltar en ningún postre digno de ese nombre. Decidimos triturar las galletas con su crema y todo porque, aunque es un pelín trabajoso, nos parecía una pena desperdiciarla. Fue todo un acierto.

Así que base de galletas trituradas mezclada con algo de mantequilla bien extendida por el fondo, mezcla de queso y demás cosas ricas en medio y, coronando el manjar, una buena capa de mermelada de frutos del bosque. Sencilla y resultona, nos la comimos de una sentada.

Espero que os guste.

[NOTA: hay un pequeño problema con los pdf's de las recetas pero lo solucionaré este fin de semana.]



TARTA DE QUESO
Dificultad: mezclar, calentar, comer.

Ingredientes (como para ocho raciones sensatas:

  • 3 paquetes de galletas tipo oreo. También podríais usar tipo digestive o las que tengáis a mano, pero esta receta es así.
  • 1 sobre y medio de gelatina neutra. Mirad la que encontréis porque esto puede variar.
  • 25 ml de agua caliente (para diluir la gelatina).
  • Azúcar.
  • 50 g de mantequilla a temperatura ambiente (si usáis otras galletas ponedle como el doble).
  • 350 gr de queso cremoso (sí, tipo Philadelphia).
  • 200 ml de nata para montar (35% MG).
  • Mermelada de frutas del bosque o vuestro sabor favorito. Menos de kimi. Eso no es mermelada. Ni de ciruela, que me parece asquerosa.
  • 175 g de leche condensada (aproximadamente medio bote pequeño).

Preparación:


1 Ablandamos la mantequilla a base de golpes de micro (encendiendo el micro no tirándolo contra el ,burro) y trituramos las galletas. Para esto último podemos aplicar varios métodos:
a) usar una picadora b) meter las galletas en una bolsa (limpia por favor), cerrarla y pasarle el rodillo varias veces hasta que queden lo más troceadas y finas posibles. Después de esto, mezclamos la mantequilla y las galletas trituradas en un bol.

2 Repartimos la mezcla de galletas y mantequilla por el fondo de un molde desmoldable (en realidad nosotros usamos una bandeja de vidrio templado) hasta que nos quede una capa lo más uniforme posible, presionando con una cuchara o los dedos para asegurarnos de que quede bien prieto. Metemos todo esto a la nevera.

3 Introducimos en un bol el queso y la leche condensada y lo batimos todo. Ponemos a calentar agua y añadimos la gelatina removiendo muy despacio para obtener mejores resultados.

4 En otro bol montamos la nata (que habremos enfriado antes) y el azúcar. Usad una batidora de varillas porque sí no puede ser la muerte.

5 Mezclamos mezcla de queso y leche condensada con la gelatina. Removemos bien para que quede homogénea y dejamos que se temple un poco. Cuando esté tibia le añadimos la nata montada y volvemos a mezclar a conciencia.

6 Vertemos toda la mezcla anterior en el molde, asegurándonos de que cubra toda la base de galletas, y luego la metemos a la nevera de nuevo para que vaya cuajando.

7 Para hacer la cobertura ponemos en un cazo la mermelada y un par de cucharadas de agua. La calentamos a fuego lento hasta que también sea homogénea (el secreto de la tarta de queso es la homogeneidad, claramente) pero fluida.

8 Pasada una hora desde que metimos la tarta, ya habrá cuajado lo suficiente para aguantar la cobertura. La sacamos y distribuimos la mermelada por encima. La devolvemos a la nevera durante otras dos o tres horas.

9 Como decoración podéis usas unas fresas troceadas, un poco de sirope de chocolate o lo que se os ocurra. ¡¡¡CREATIVIDAD!!!

Sírvase con mucho amor.