Vuelvo con ganas a la sección COCINILLA (COCINa + sencILLA, ya sabéis XD ). Lo de esta vez es fácil como siempre, pero en este caso vamos a introducir un concepto nuevo: la marinada (que no es ninguna fiesta asturiana ni nada así).
En esta receta, las costillas se untan con una mezcla de ingredientes para que les den otro gusto. Para ser exactos, se introducen en la marinada cuales niños de campamento urbano en una piscina una mañana de agosto (marinar es “sumergir una carne o pescado en un líquido con una guarnición aromática a base de hierbas o verduras, para que se ablande y coja sabor”, según una de las fuentes consultadas) , se dejan un tiempo para que pllen bien el saborcillo y luego se meten al horno. Si nos pusiésemos puntillosos, tendríamos que hablar de que el Diccionario deja las marinadas para el género propio del reino de Neptuno (el salmón marinado, muy fácil de encontrar en las tiendas, por ejemplo) y esto sería más parecido a un adobo (no el tradicional de pimentón y orégano, claro), pero lo importante es fijar conceptos: una carne que se sumerge en un líquido aromatizado para darle vidilla.
La mezcla de miel, azúcar (yo usé azúcar moreno), salsa de soja, kétchup y mostaza puede parecer un poco bestia, pero las costillas quedan caramelizadas y con muy buen sabor. Como veréis, en la receta los ingredientes de la marinada vienen en cucharadas. Me ha parecido muy útil por si un día queremos hacer más cantidad (o menos). Por ejemplo, yo pienso repetir esta misma receta con un costillar entero, en plan Picapiedra.
En cuanto a las patatas… No las había hecho nunca así. La verdad es que yo infrautilizo el microondas. Lo utilizo casi exclusivamente para calentar leche, agua o derretir mantequilla. Pero me gustó bastante el resultado, la verdad. Y lo de gratinarlas con esa mezcla de especias, también. No imaginaba yo que la canela y el pimentón pegasen tanto.
Una receta para repetir.
La receta en PDF, aquí.
En esta receta, las costillas se untan con una mezcla de ingredientes para que les den otro gusto. Para ser exactos, se introducen en la marinada cuales niños de campamento urbano en una piscina una mañana de agosto (marinar es “sumergir una carne o pescado en un líquido con una guarnición aromática a base de hierbas o verduras, para que se ablande y coja sabor”, según una de las fuentes consultadas) , se dejan un tiempo para que pllen bien el saborcillo y luego se meten al horno. Si nos pusiésemos puntillosos, tendríamos que hablar de que el Diccionario deja las marinadas para el género propio del reino de Neptuno (el salmón marinado, muy fácil de encontrar en las tiendas, por ejemplo) y esto sería más parecido a un adobo (no el tradicional de pimentón y orégano, claro), pero lo importante es fijar conceptos: una carne que se sumerge en un líquido aromatizado para darle vidilla.
La mezcla de miel, azúcar (yo usé azúcar moreno), salsa de soja, kétchup y mostaza puede parecer un poco bestia, pero las costillas quedan caramelizadas y con muy buen sabor. Como veréis, en la receta los ingredientes de la marinada vienen en cucharadas. Me ha parecido muy útil por si un día queremos hacer más cantidad (o menos). Por ejemplo, yo pienso repetir esta misma receta con un costillar entero, en plan Picapiedra.
En cuanto a las patatas… No las había hecho nunca así. La verdad es que yo infrautilizo el microondas. Lo utilizo casi exclusivamente para calentar leche, agua o derretir mantequilla. Pero me gustó bastante el resultado, la verdad. Y lo de gratinarlas con esa mezcla de especias, también. No imaginaba yo que la canela y el pimentón pegasen tanto.
Una receta para repetir.
La receta en PDF, aquí.
COSTILLAS CON GAJOS DE PATATA Dificultad: más fácil que mascar chicle. Ingredientes (6 personas. Para impresionar a los amigos):
Preparación: 1 Preparamos la marinada. Mezclamos los ingredientes en un cazo y los hervimos un momento. Así queda líquida. 2 Ponemos las costillas en un bol. Añadimos la marinada. Removemos bien y dejamos que reposen 15 minutos. 3 Colocamos en el horno la rejilla y, debajo de ésta, la placa del horno (en la ranura de debajo, claro). Así las costillas resultarán menos grasas. Colocamos las costillas sobre la rejilla y horneamos a 200ºC durante media hora. De vez en cuando las damos la vuelta y las untamos con la marinada que ha sobrado. 4 Después de ese tiempo, bajamos la temperatura a 160ºC y las dejamos 20 minutos más, hasta que la carne esté tierna. 5 Gajos de patata: A) Precalentamos el horno a 230ºC con el gratinador. B) Lavamos bien las patatas. Las asamos con su piel en el microondas durante 10 minutos a temperatura máxima, hasta que estén blandas. C) Las cortamos en gajos de 2 cm de grosor. Las pasamos a una bandeja de horno y las pintamos con un chorrito de aceite de oliva. D) Mezclamos la sal con las especias y espolvoreamos sobre las patatas. E) Las gratinamos hasta que estén doradas. 6 Presentamos las costillas con los gajos... Et voilà! |